Veamos… Me lo he tomado con calmita esto de escribir sobre el cerebro y su uso. Más que nada, porque ando liadilla, y pensando en otras cosas que me comen todo el tiempo… O haciendo de marmota. Según lo que me dejen. Pero me desvío del tema.
El otro día me agarré un cabreo de no te menees precisamente por cuestiones emocionales… Que ahora se ha hecho extensivo a otros ámbitos, como el intelectual. Me explico. Estoy frita ya de tanta monserga de lo normal y lo anormal. Dicen por ahí… (me encantan estas frases impersonales que reflejan el sentir de masas y no de individuos) que hoy es normal no tener una pareja estable, el divorciarse o cualquier cosa que se parezca a las dos anteriores. Pues me parece una anormalidad, por mucho que me lo vendan de cotidiano. Me recuerda a la peli de "La invasión de los ultracuerpos". Aqui va lo que decían en la peli… que ya he citado, por motivos intelectuales en otro blog:
" No es necesario cambiar de ciudad. Podreis tener la misma familia, el mismo coche…Nacereis de nuevo en un mundo sin problemas, sin ansiedad, sin miedo, sin odio. (…) Nosotros no sentimos necesidad ni de odiar ni de amar. (…) No te dejes vencer por viejos conceptos. Estamos evolucionando hacia una nueva forma de vida. (…) La función de la vida es la sobrevivencia."
O sea, eso es lo que se nos propone como supuesta normalidad. Ya puedo oir la vocecita del indignado de turno que me grita desde el fondo que no todos los divorciados y ligeros de cascos son personas sin sentimientos. Ya lo sé… No soy boba. Pero precisamente el no tener pareja no es una circunstancia que se me haga normal por ese motivo. Parto de la base de que el hombre (y ya que estoy, la mujer) tiene sentimientos. Por lo tanto, algo no cuadra: o la gente que se enrrolla con lo primero que pillan cada viernes y sábado no son humanos y son ultracuerpos que se mueven para satisfacer sus instintos (cosa que no es normal) o bien tienen un corazón tan inmenso que entablan relaciones afectivas con cualquiera y luego las mantienen, pese a que a los demás nos dé la impresión de un calentón momentáneo. Como cualquier persona con dos dedos de frente, coincidirán conmigo en que es obvio que la segunda opción no es correcta. Vale, vale… La Madre Tresa de Calcuta, el Padre Pío, Buda, Jesucristo, Mahoma y Mahatma Gandhi son excepciones a este comentario… Pero todos ellos fueron líderes espirituales, ¿no? Mi vecina la ninfómana no encaja dentro de esta definición, más que nada, porque no la visto ayudar a sus múltiples amantes, y sí la he visto sangrarles el dinero.
A lo que iba: que no me gusta que me digan que el vivir a salto de mata, en plan ultracuerpo es normal. Me veo como Sutherland, sola, viendo cómo todo el mundo deja de ser normal y pasa a compartir unas ideas anormales, que al extenderse como un vulgar virus de la gripe, afirman que son normales. La gripe aviar se extendió a toda pastilla, y por eso no es normal, como tampoco lo es el SIDA, o tener un coeficiente intelectual de 280. Me da igual que hablemos en positivo o en negativo.
Me veo escapando a mi destino, que cada vez me parece peor… Antes una mujer que se quedaba soltera era rara, inadaptada social… Ahora la rara y la inadaptada es la que se casa, y pretende mantener su matrimonio de forma duradera y estable. Y es que no es raro ni un extremo ni otro. Dependerá de la gente que se conozca, de la personalidad del sujeto, y de lo que él busque en esta vida. Y todo lo demás, sí que es anormal.
Me veo como un bicho raro, digno de estudio médico. La mujer que quería tener una relación seria, heterosexual (lo siento por toda la gente homosexual que conozco… Pero ser hetero también es normal, que a veces parece que se pierde de vista. Hay día del orgullo gay, pero no del orgullo hetero… Obviamente, será porque es más habitual ser hetero, además de por otros motivos tristes de incomprensión hacia ese colectivo). A veces me siento como si fuese la última mujer con ganas de algo serio en esta vida. Si hasta he acabado escribiendo cartas hipotéticas de amor… Porque, cuando quiero algo serio todo el mundo me manda a la mierda.
Me veo comprándome un muñeco hinchable, que seguro que ese no pide el divorcio.
Pero lo que no me veo es viviendo la noche hasta los 50 tacos, con ese aire de desesperación, de vida marchita y de oportunidades desaprovechadas que he respirado alguna vez. No me veo justificando mis egoísmos personales, buscando compañía a ciegas sin saber qué quiero, y egoístamente maltratando a personas emocionalmente. Eso no es normal. No es justo. Y que nadie intente convencerme de lo contrario.
Por cierto… Que lo dicho anteriormente vale para la política actual, y para la defensa que se hace hoy día de lo cutre y chabacano, como forma cultural y de inteligencia. Y para más cosas… Sustituyan emociones por cultura o por política y verán que el discurso les vale, con un par de modificaciones.
Así que, desde aqui, por favor, que la gente use sus cabezas para algo, además de para echarse la gomina/laca los fines de semana y lucir cabellera espesa, pensando que eso servirá para satisfacer ansias carnales. Dentro debería haber un cerebro, que sirve para procesar datos, como un ordenador, pero de una forma más a lo bestia, pues también procesa sentimientos. Y muchas más cosas. Es muy útil. No dejen que se pudra inactivo… Sería una pena.